“La cama de los padres tiene un imán y, acá para mí (nadie me convence de lo contrario), tiene una magia, somnífero, un polvo misterioso de amor impregnado en las almohadas, que hace que los niños se duerman inmediatamente y que la peor de las pesadillas, el más tembloroso terror nocturno, huya a siete pies.EnSigue leyendo ««La cama de los padres»»